miércoles, 18 de febrero de 2009

Resumen de los 6 sombreros para pensar de Edward de Bono



RESUMEN: “LOS SEIS SOMBREROS PARA PENSAR”
(Edward De Bono)

Aprendamos a pensar con el sombrero indicado

"Actuar como si"
Si actúas como un pensador te convertirás en uno
No importa cuan buenos seamos, siempre querríamos ser mejores. Generalmente, los únicos que están satisfechos con su capacidad de pensamiento son aquellos pobres pensadores que creen que el objetivo de pensar es probar que tienen razón - para su propia satisfacción.
...Pensar no es una excusa para no hacer, sino un modo de hacer las cosas mejor. Así que manos a la obra.

Poniéndose un sombrero
Un proceso muy deliberado
El ponerse un sombrero de un modo deliberado es algo muy preciso.
Esta imagen mental de alguien que usa un verdadero sombrero para pensar podría servir para evocar el estado mental tranquilo y despreocupado necesario para que cualquier pensamiento implique algo más que meras reacciones frente a una situación.
Se trata de dirigir la atención y dé tener un modo de hacerlo.
El tipo de pensar que traza mapas requiere cierto distanciamiento. No así el tipo automático de pensamiento (caminar-hablar-respirar). En realidad, este tipo de pensamiento reactivo sólo puede funcionar cuando hay algo ante qué reaccionar. Por esto la noción de que el pensamiento crítico es la forma más completa de pensamiento puede resultar muy peligrosa.
Dos tipos de pensamiento: el rutinario y el deliberado (para pensarlo)
Un programa para enseñar a pensar. Se llama TIC (Tarea de Investigación Cognitiva). Actualmente lo utilizan varios millones de escolares de diferentes países. La primera lección se llama PMI En lugar de sólo reaccionar ante una determinada situación, el joven traza un mapa simple. Para hacerlo, contempla primero la dirección "Plus" (positivo) y anota lo que observa. El joven dirige después su atención hacia la dirección “Minus” (negativo) y finalmente hacia la dirección "Interesting” (interesante) (para todas las cosas que vale la pena anotar pero no encajan ni en "Plus" ni en "Minus"). El mapa está trazado. El pensador elige su ruta.
Intención y desempeño
Ser un pensador no implica tener la razón constantemente. En realidad, quien siempre cree tener la razón es muy posible que sea un pobre pensador. Ser un pensador no implica ser inteligente. Tampoco implica que pueda resolver todos los ingeniosos problemas que la gente me presenta esperando que yo los resuelva siempre. Ser un pensador implica querer conscientemente serlo.
La intención es el primer paso. Es fácil y difícil al mismo tiempo. Bastante parecido a los hábitos Zen, sobre los que es fácil escribir pero no tan fácil realizar.
El aspecto del desempeño. La respuesta es afirmativa si la postura es deliberada, y negativa si es natural.
De este modo la decisión que tomes será mejor que una improvisada sobre la marcha.
Los seis "sombreros para pensar" ofrecen una forma de traducir la intención en desempeño efectivo.
Representar un papel
Unas vacaciones del ego
El rol amplio del sombrero para pensar se descompone en seis diferentes roles de personajes, representados por seis sombreros para pensar de distintos colores.
Eliges qué sombrero para pensar adoptas en un momento determinado. Te pones ese sombrero y representas el papel que define- ese sombrero. Te observas desempeñando ese rol. Lo representarás lo mejor que puedas. Tu ego queda así protegido por el rol. Tu ego se compromete a representarlo bien.

El propósito del pensar con seis sombreros
Los seis "sombreros para pensar" ofrecen una forma de traducir la intención en desempeño efectivo.
El primer valor de los seis "sombreros para pensar" es el de la representación de un papel definido. Los sombreros nos permiten pensar y decir cosas que de otro modo no podríamos pensar ni decir sin arriesgar el ego. Disfrazamos de payasos nos autoriza a actuar como tales.
El segundo valor es el de dirigir la atención. Debemos hallar un modo de dirigir la atención a un aspecto después de otro.
El tercer valor es el de la conveniencia. Ofrece un modo conveniente de pedir a alguien (incluso a ti mismo) que cambie de modo. Puedes pedir a alguien que sea o que deje de ser negativo. Puedes pedir a alguien que dé una respuesta puramente emocional.
El cuarto valor es la posible base en química cerebral.
El quinto valor surge de establecer las reglas del juego. Uno de los medios más eficaces para enseñar a los niños es el aprendizaje de las reglas del Juego.
Seis sombreros, seis colores
Cada uno de los seis sombreros para pensar tiene un color: blanco, rojo, negro, amarillo, verde, azul.
El color de cada sombrero está relacionado con su función.
Sombrero Blanco: El blanco es neutro y objetivo. El sombrero blanco se ocupa de hechos objetivos y de cifras
Sombrero Rojo: El rojo sugiere ira, furia y emociones. El sombrero rojo da el punto de vista emocional.
Sombrero Negro: El negro es triste y negativo. El sombrero negro cubre los aspectos negativos. Por qué algo no se puede hacer.
Sombrero Amarillo: El amarillo es alegre y positivo. El sombrero amarillo es optimista y cubre la esperanza y el pensamiento positivo
Sombrero Verde: El verde es césped, vegetación y crecimiento fértil, abundante. El sombrero verde indica creatividad e ideas nuevas.
Sombrero Azul: El azul es frío, y es también el color del cielo, que está por encima de todo. El sombrero azul se ocupa del control y la organización del proceso del pensamiento.
Es fácil recordar la función de cada uno si se recuerda el color y las asociaciones. La función del sombrero se desprende de esto. También se los pueden pensar como tres pares:
· Blanco y rojo
· Negro y amarillo
· Verde y azul

El sombrero blanco
Hechos y cifras
En el tipo de pensamiento que traza mapas, el que sostengo, primero debemos trazar el mapa y luego elegir la ruta. Esto significa que debemos tener antes que nada los hechos y las cifras.
Así pues, el pensamiento del sombrero blanco es una manera conveniente de pedir que las cifras y los hechos se expongan objetiva y neutralmente.
El sombrero blanco da una especie de dirección hacia la cual dirigirse para tratar la información. Podemos proponernos jugar el papel del sombrero blanco lo mejor posible.
Esto significa proponemos obtener los hechos puros. Es evidente que desempeñar el rol de sombrero blanco requiere algo de habilidad, probablemente más que para otros sombreros.
El pensar de sombrero blanco se convierte en una disciplina que anima al pensador a separar en su mente con toda claridad el hecho de la interpretación.
La norma clave del pensamiento de sombrero blanco consiste en no presentar nada a un nivel más alto que el que corresponde realmente. Cuando una afirmación se formula adecuadamente como creencia, entonces se la puede poner en circulación y uso.
El pensamiento de sombrero blanco sé ocupa de la información utilizable. Por lo tanto la expresión "en general" es perfectamente aceptable. El propósito de la estadística es dar un carácter específico a esta expresión imprecisa. No siempre es posible reunir tales estadísticas, por lo tanto a menudo debemos recurrir al doble sistema (creencia, hecho verificado).
Queda claro que el pensamiento de sombrero blanco excluye elementos valiosos como presentimientos, intuiciones, juicios basados en la experiencia, sentimientos, impresiones y opiniones.
El blanco (ausencia de color) indica neutralidad.

El sombrero rojo
Emociones y sentimientos
El pensamiento de sombrero rojo se refiere a emociones, sentimientos y aspectos no racionales del pensar.
Este sombrero autoriza formalmente a expresar sentimientos que van desde la pura emoción hasta el presentimiento. Con el pensamiento de sombrero rojo nunca hace falta justificar o explicar lo que se siente. Con este sombrero puedes desempeñar el rol de pensador emocional que en primer lugar reacciona y siente antes que proceder racionalmente paso a paso.
En cierto modo, el sombrero rojo permite que alguien conecte y desconecte el modo emocional en pocos instantes. Te pones el sombrero rojo y te lo quitas.
El pensamiento de sombrero rojo nos permite ser valientes y abiertos con nuestros sentimientos, sin el sombrero rojo tendemos a limitarnos a las palabras más fuertes complementadas con el tono y la expresión facial.
El sombrero rojo permite que el pensador tenga la libertad de ser algo poeta con sus sentimientos. Da a los sentimientos el derecho de hacerse visible.
El sombrero rojo cubre dos amplios tipos de sentimiento. En primer lugar, las emociones comunes, que varían desde las fuertes, como miedo y disgusto, hasta las más sutiles como la sospecha. En segundo lugar, los juicios complejos, como presentimientos, intuiciones, sensaciones, preferencias, sentimientos estéticos.

El sombrero negro
Lo que tiene de malo
El pensamiento de sombrero negro mira el lado oscuro o "negro" de las cosas, pero siempre se trata de una negrura lógica. Con el negro se debe dar siempre razones lógicas y relevantes.
El pensamiento de sombrero negro debe ser lógico y veraz, pero no tiene que ser justo. Presenta el aspecto lógico - negativo: por qué algo no funcionara.
Aunque el sombrero negro es el "sombrero de la crítica", quiero que quede absolutamente claro que no es una cuestión de ponerse de un lado en una discusión. No hay ni lados ni discusión. El sombrero negro se concentra en lo lógico-negativo.
El carácter específico del sombrero negro alivia al pensador de la necesidad de ser justo y mirar los dos lados de una situación.
Uno de los usos más simples y más obvios del pensamiento de sombrero negro es poner a prueba las cifras y los informes, el propósito del sombrero negro es señalar los hechos erróneos o los que posiblemente sean inaplicables.
El pensar de sombrero negro se ocupa específicamente del juicio negativo. El pensador de sombrero negro señala lo que está mal, lo incorrecto y erróneo. Señala: que algo no se acomoda a la experiencia o al conocimiento aceptado; por qué algo no va a funcionar; los riesgos y peligros; las imperfecciones de un diseño.

El sombrero amarillo
Especulativo-positivo
El pensamiento positivo tiene que ser una mezcla de curiosidad, placer, codicia y deseo de "hacer que las cosas ocurran." Puede argüirse que el progreso del hombre depende de este deseo.
Aunque el pensamiento de sombrero amarillo es positivo, requiere tanta disciplina como el sombrero blanco o el negro. No se trata sólo de dar un juicio positivo sobre algo que se plantea. Es una búsqueda deliberada de lo positivo. Esta búsqueda a veces resulta infructuosa.
La variedad de lo positivo va desde lo optimista en exceso hasta lo lógico - práctico. El pensamiento de sombrero amarillo abarca los juicios-positivos. El pensador de sombrero amarillo debería hacer los mayores esfuerzos para dar respaldo al optimismo que ha manifestado.
El pensamiento constructivo se ajusta al sombrero amarillo, porque todo pensamiento constructivo tiene una actitud positiva. Las propuestas se hacen para que algo mejore. Puede tratarse de la solución de un problema. Puede tratarse de efectuar mejoras parciales. Puede tratarse del aprovechamiento de una oportunidad. En cada caso, se hace la propuesta con el fin de originar algún cambio positivo.

Pensamiento de sombrero verde
Pensamiento creativo y lateral
El sombrero verde para pensar se ocupa específicamente de ideas nuevas y de nuevas formas de enfocar las cosas. El pensamiento de sombrero verde se ocupa de desechar las ideas viejas para encontrar otras mejores. Se ocupa del cambio.
Necesitamos creatividad, porque creemos que las cosas se pueden hacer de un modo más sencillo o mejor.
El sombrero verde, por sí mismo, no puede hacer que la gente sea más creativa. Puede, sin embargo, dar a los pensadores el tiempo y el "foco" para serlo. Si uno pasa más tiempo buscando alternativas, es probable que encuentre más. Muy a menudo las personas creativas sólo son personas que pasan más tiempo intentando serlo porque la creatividad los motiva.
La provocación es un elemento importante del pensamiento de sombrero verde y se representa con la palabra "OP" como indicador simbólico de que sé está exponiendo una idea como provocación y por su valor de movimiento. La expresión proviene de "Provocative Operation" (operación provocadora).
El pensamiento creativo se halla, en general, en una posición débil, porque no parece parte esencial del pensamiento. La formalidad del sombrero verde junto a los otros aspectos, colabora a que se lo reconozca como parte del pensamiento.

El sombrero azul
Control del pensamiento
El color azul es símbolo de control panorámico, sugiere también distanciamiento, tranquilidad y autodominio.
El pensamiento de sombrero azul debería usarse para monitorear cualquier desviación.
Podría efectuarse ahora una mezcla de pensamientos de sombreros blanco, amarillo y verde, para desarrollar y hacer avanzar cada una de las propuestas. Esta es la etapa del pensamiento constructivo.
El pensamiento de sombrero amarillo, solo, se usa ahora para dar una evaluación positiva de cada una de las alternativas que se considera son posibilidades serias.
Luego se utiliza el pensamiento de sombrero negro en un sentido selectivo. El propósito del sombrero negro es señalar que alternativas son imposibles o inutilizables.
El cargo del sombrero azul, que formula un panorama global de lo obtenido y, asimismo, organiza la estrategia de la "elección de ruta".
Le sigue el pensamiento de sombrero rojo, que permite que los pensadores expresen sus sentimientos sobre las opciones disponibles.
Finalmente, una sesión de sombrero azul determina la estrategia para pensar la implementación.
Él pensamiento de sombrero azul se asegura de que se respetan las reglas del juego.
El sombrero azul es el sombrero del control. El pensador del sombrero azul organiza el pensamiento mismo. Pensar con el sombrero azul es pensar acerca del pensamiento necesario para indagar el tema. Es quien propone o llama al uso de los otros sombreros. El pensador de sombrero azul define los temas hacia los que debe dirigirse el pensamiento. Define los problemas y elabora las preguntas. El pensamiento de sombrero azul determina las tareas de pensamiento que se van a desarrollar.

En conclusión, los seis sombreros permiten pensar de ciertos modos. El concepto de los seis sombreros para pensar tiene dos propósitos centrales. El primero es simplificar el pensamiento, permitiendo que el pensador trate una cosa después de otra.
El segundo propósito central es permitir una variación en el pensamiento.
El uso de los sombreros hace del pensamiento un proceso de dos etapas. La primera, de elaborar el mapa. La segunda, es de elegir la ruta, en el mapa. Uno de los seis sombreros pone un tipo de pensamiento en el mapa.

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